¿Has visto un producto en una tienda online y ahora no dejas de verlo por la ciudad? ¿Anuncios del móvil que buscaste en navidad te siguen apareciendo en cada página web que visitas? ¿Crees que te estas volviendo loco o que alguien te espía?
Este dilema es el que el Corte Inglés ha usado para basar su campaña de rebajas de invierno, a la que ha llamado “No eres tú”. En ella los protagonistas les hablan a sus electrodomésticos pidiendo aquellos productos que les gustaría encontrar en rebajas y automáticamente los veían incluidos en las acciones publicitarias de la marca. Una campaña que hacía énfasis en que el cliente no estaba loco, que era la marca quien tenía en cuenta las necesidades del cliente y dirigía su estrategia de rebajas en base a ellas.
“No eres tú” fue una campaña con la que todos nos identificamos, fuese porque no dejamos de recibir publicidad de productos que estuvimos mirando las pasadas navidades o porque vemos estos productos en cada perfil de Instagram y Facebook al que entramos, lo que nos hace pensar en teorías conspiratorias sobre cómo es que las marcas obtienen tanta información acerca de lo que buscamos y el cómo hacen para que sin importar el camino que tomemos navegando por Internet, siempre nos encontremos con sus productos.
La respuesta es más simple de lo que parece, y tal como lo quería explicar el Corte inglés, no es una cuestión de locura sino de marketing, y es que cada vez que entramos a una página web y aceptamos sus cookies, en realidad estamos dando mucha información acerca de nuestro comportamiento online, datos que luego son usados para recordar al cliente aquellos productos que estuvo viendo e incluso añadió a su carrito de compra pero que no finalizó la transacción, aumentando así las posibilidades de que el cliente regrese a la web y finalice su compra.
Las campañas de Remarketing cada vez más alineadas a la estrategia de comunicación, buscan la omnicanalidad de sus mensajes, lo que hace que estas marcas también puedan estar presentes en las redes sociales más usadas por el posible comprador. Algo que incrementa la percepción de temor ante el manejo de nuestra huella online.
Por otro lado, es importante decir que debido al fuerte rechazo que se genera en el usuario, son muy pocas las marcas que implementan campañas de Remarketing tan intrusivas y que muchas veces no estamos frente a este tipo de campañas, sino que tenemos el denominado efecto Baader-Menhof.
El efecto Baader-Meinhof se produce cuando alguien nos recomienda un producto o una marca y de pronto no paramos de verlo, y esta vez no es que seamos el target de una campaña, ya que el producto y sus mensajes ya se encontraban circulando, pero nuestro cerebro no se fijaba en este y lo excluía de la información que si procesaba.
Un ejemplo muy gráfico que nos ayudará a diferenciar una estrategia de Remarketing y el efecto Baader-Meinhof, es la chaqueta amarilla de zara, un producto que fue tan exitoso que se hizo mucho eco en noticieros, perfiles de Instagram, Twitter y Facebook. Un producto que todos querían y que al mismo tiempo parecía que ya todo el mundo tenía.
El que comenzaras a ver esta chaqueta fueses donde fueses, no significaba que te estaba persiguiendo o que estabas siendo bombardeado por su mensaje, en este caso fue tu cerebro quien dejo de ver el producto como ruido y lo comenzó a procesar después de las recomendaciones que recibió, ya que al fin y al cabo la chaqueta se había agotado antes de que todo el mundo comenzara a hablar de ella.
El saber diferenciar entre el efecto Baader-Meinhof y una campaña de Remarketing, hace que consideremos a una marca repetitiva y pesada o que la veamos de una forma más amable y que aumente nuestra predisposición a adquirir sus productos.
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